¿QUÉ ES UN ÁRBOL?
Botánicamente un árbol es una planta leñosa y perenne, que a cierta distancia del suelo se ramifica desarrollando ramas secundarias y éstas constantemente se están ramificando produciendo una gran copa. Mucha gente piensa que todas las plantas que son grandes son árboles pero eso no es así, ya que a pesar de ser muy altas como la papaya (Carica papaya), el itaho (Yucca elephantipes), el bambú (Bambusa spp.) o las palmeras no se les puede considerar árboles porque no producen madera. Por lo general los árboles superan los 5 m de altura y pueden alcanzar los 115,5 m de alto como Hiperion (Sequoia sempervirens) en el Parque Nacional Sequoia en California, Estados Unidos, que es el árbol más alto del Mundo registrado hasta el momento. (El nombre hipericon significa "... el que mira desde arriba...”). Por lo general los árboles pueden vivir de 20 a más de 100 años, inclusive hay árboles que pueden vivir siglos como el abeto rojo (Picea abies) de Dalarna en Suecia y aunque no lo parezca por su raquítico aspecto, pero su base y raíz tienen 9.550 años. Cuando por alguna razón el arbolito se quiebra o es destruido vuelve a brotar uno nuevo y así es como ha logrado mantenerse por tanto tiempo. Su fuerte tronco formado por madera, puede ser muy delgado o demasiado grueso como el famoso Árbol de Tule (Taxodium mucronatum) que se encuentra en las afueras de la iglesia de Tule en el Estado de Oaxaca en México y que ostenta el título del árbol más grueso del Mundo, con sus 14,45 m de diámetro. Se necesitan más de 30 personas tomadas de las manos para poder darle la vuelta completa.Partes de un árbol
Raíz
Las raíces fijan el árbol al suelo.
Las raíces pueden tener una raíz principal, o bien, ser numerosas raíces en las
que ninguna de ellas predomina, adoptando la forma de raíz ramificada
fasciculada. Las raíces aéreas son más raras dentro de los árboles, pero se dan
en algunas especies que viven en entornos pantanosos, por ejemplo el mangle
(Rhizophora).
Tronco
El tronco sostiene la copa. Su capa
exterior se llama corteza o súber, de espesor y color variables, que sirve para
proteger la savia. Sus características (color, forma en que se desescama, etc.)
son una ayuda a la hora de diferenciar las especies arbóreas. A modo de
ejemplo, puede señalarse que el haya común la tiene gris y lisa hasta edades muy
avanzadas; el pino piñonero la tiene de color pardo gris o pardo rojizo, es
escuamiforme, forma surcos oscuros y grandes planchas; y el olmo común, por
ejemplo tiene color pardo gris, cuarteado por grietas, tanto horizontales como
transversales.
Si se corta un tronco de manera
longitudinal, por ejemplo en un tocón, pueden verse los anillos, que delatan la
forma en que ha ido desarrollándose ese árbol. Cada año se forma un anillo.
Contándolos puede saberse la edad del árbol, si bien esto es más fácil en los
árboles de zonas templadas, ya que en los trópicos con un clima regular a lo
largo del año, no se aprecia la formación de anillos anuales. Los anillos
estrechos evidencian años de dificultades y pobre alimentación de manera que el
crecimiento es retardado. Los años de crecimiento más rápido se ven en anillos
más anchos. Hay un centro del tronco más oscuro, el duramen o corazón, son
células leñosas muertas de donde procede la mejor madera para usar como
combustible, y luego unos anillos más claros hacia el exterior, la albura.
Entre la albura y la corteza hay una sola capa de células por la que el tronco
está creciendo, llamada cambium; se divide a su vez en dos partes: la interior
formará el xilema (albura y duramen) y la exterior forma la corteza interna (floema).
Ramas
Las ramas suelen brotar a cierta
altura del suelo, de manera que dejan una franja de tronco libre. Las ramas y
hojas forman la copa. La copa adopta formas diversas, según las especies,
distinguiéndose básicamente tres tipos: la alargada y vertical, la redondeada o
la que se extiende de manera horizontal, como si fuera una sombrilla. Las ramas
salen del tronco, se subdividen en ramas menores y en éstas están las yemas y
las hojas. De la yema nacerá una flor, una rama, u hojas. Las yemas que quedan
en el extremo de las ramitas se llaman yemas terminales. Suelen estar cubiertas
por escamas o catafilos como forma de protección.
Hojas
A través de las hojas el árbol
realiza la fotosíntesis y puede por lo tanto alimentarse. Las raíces absorben
el agua con minerales disueltos en ella. Suben por el tronco hasta las hojas.
Allí reaccionan con el carbono procedente del anhídrido carbónico y forman
azúcares. Luego el azúcar se transforma en celulosa, que es la materia prima de
la madera. La hoja tiene una parte superior (haz) y otra inferior (envés), en
el que se encuentran los estomas, pequeñas aberturas por las que penetra el
anhídrido carbónico y por los que sale el agua sobrante y el oxígeno.
Las hojas son un elemento primordial
a la hora de diferenciar entre las distintas especies arbóreas. Pueden
señalarse cuatro tipos básicos de hojas:
Acículas. Tienen forma de aguja,
delgadas y finas. Son típicas de las coníferas. Pueden estar situadas en las
ramas individualmente (como en el abeto blanco o la douglasia verde), o bien
formar ramilletes de 2, 3, 5 o más en los braquiblastos (como en el alerce
europeo o en el cedro del Líbano). Las acículas, además, pueden aparecer en
hilera, esto es, penden en un plano más o menor horizontal, o bien radial, pues
penden regularmente de todos los lados del eje.
Escuamiformes. Tienen forma de escama
y son propias de algunas coníferas (como en el ciprés común o la tuya
occidental).
Pinnatifolios. La lámina foliar está
a su vez dividida en una especie de hojas más pequeñas, llamadas foliolos, pero
todos en el mismo raquis; puede verse en el serbal de los cazadores. Las hojas
pinnadas en sentido estricto tienen los folíolos dispuestos de manera regular a
ambos lados del pecíolo, mientras que en las palmeadas (pinnatipalmeadas) cada
folíolo se inserta en un punto central, como se ve en el castaño de Indias.
Hojas simples e indivisas. Cada hoja
se inserta individualmente en la rama por el pecíolo o tallo. Si no tienen ese
tallo se les llama sésiles. Dentro de estas hojas simples se diferencian dos
grandes grupos, los árboles de hojas opuestas y los de hojas alternas. En las
hojas opuestas siempre hay 2 hojas, una enfrente de otra, que nacen del mismo
nudo del eje del vástago. Así ocurre en los arces y en el olivo. Dentro de este
tipo de hojas opuestas, las hay verticiladas, es decir, aquellas en las que
surgen tres hojas o más en cada nudo, como ocurre en la catalpa. En las hojas
alternas, en cada nudo del eje del vástago hay sólo una hoja, y la siguiente
está en otro nudo y nace hacia otro lado. De hojas alternas son la mayor parte
de los árboles de fronda de clima templado, como los olmos, los robles y las
hayas.
Pueden tener una sola forma (aovada,
acorazonada, sagitadas, reniformes, lanceoladas, etc.) o bien ser recortada,
lobulada, con entrantes más o menos marcados. El borde de la hoja (borde
foliar) también es un elemento de distinción, pues puede ser entero (liso),
crenado, dentado (con pequeños picos), aserrado y doble aserrado (como dientes
de sierra), sinuado y lobulado; además, el borde puede ser espinoso (con
espinas en el borde, como en el borde dentado punzante).
de las especies son angiospermas
(actualmente Magnopliophyta) y tienen algún tipo de flor. El gingko es un caso
particular, ya que aunque es gimnosperma, no es una conífera. Algunas son
flores aisladas, como se ve en las magnolias, pero otras están juntas formando
ramilletes llamados inflorescencias. No todos los árboles tienen flores
completas, con órganos reproductores masculinos y femeninos, sino que algunos
tienen flores femeninas y flores masculinas (abedul, nogal, roble); es más, en
algunas especies, hay ejemplares que sólo tienen flores masculinas y las
femeninas están en otros ejemplares distintos (Dioico), como por ejemplo en el
gingko.
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